Embún

Situada a la entrada del valle de Hecho, Embún se encarama en un altozano a 739 m de altitud que domina la fértil vega de la margen derecha del río Aragón Subordán, famosa por el cultivo de unas finas alubias llamadas boliches.

Formó municipio independiente hasta 1971 en que con Hecho, Siresa y Urdués formó el de Valle de Hecho. El fogaje que Fernando el Católico ordenó en 1495 daba a Enbun 54 fuegos. En 1857 tenía 838 habitantes y 756 en 1900. Contaba con 147 en 2004.

HISTORIA

Citada por primera vez en el año 867 en el cartulario de Siresa, su origen es mucho más antiguo. El Imbuni de la documentación medieval deriva según algunos investigadores del topónimo Ambidunum, formado con el sufijo céltico –dunum que significa fortaleza, colina, en alusión a su emplazamiento defensivo en alto.

Embún

Su posición estratégica le confirió un papel relevante frente a la invasión de navarros y castellanos en el siglo XIII, de los ejércitos de Jaime de Urgel y Antón de Luna, rebeldes contra el recién elegido rey de Aragón Fernando I, en 1413, así como del ejército napoleónico en la Guerra de la Independencia. En ella Miguel Sarasa, rico hacendado de Embún, tuvo como guerrillero un papel tan destacado como en 1471-1472 lo había tenido Juan de Embún ayudando a sofocar el intento de secesión catalana. Fue lugar de señorío secular hasta el siglo XIX.

ARTE

- Iglesia parroquial de San Martín, románica en origen, es un edificio de tres naves fruto de las reformas de los siglos XVI y XVIII.
- Ermita de San Miguel, de enorme tamaño, aunque semiderruida y cubierta por espesa vegetación. Mucho más sencilla es la de Santa Isabel, fuera de la población.

Museo de Lo Palotiau y la Ferrería

El dance típico, “lo palotiau”, de origen probablemente ancestral, se conserva en estos lugares como pieza esencial y consciente de una riqueza cultural local de enorme valor y estudio permanente.

Lo Palotiau es un dance local que se ha sabido recuperar y promocionar con indudable éxito. El Museo de Lo Palotiau de Embún se encuentra en las dependencias de lo que antaño fue el antiguo horno vecinal. Allí, a través de una interesante exposición y de diversos medios audiovisuales, es posible conocer las características más importantes del baile, observar los trajes de los danzantes, aprender sobre la vida, costumbres y tradiciones locales, y colmar la curiosidad acerca de todo lo relativo a los famosos boliches.

Aneja a él, y visible a través de un amplio ventanal, se halla la vieja herrería. El lugar se ha acondicionado para ser visitado y en él se reproduce con fidelidad la dureza del oficio. Una completa colección de útiles y herramientas de herrero, además de la conservación de elementos tan esenciales como el fuelle o la fragua, permiten al visitante sumergirse en el ambiente de un trabajo duro que fue de vital importancia para la economía y la vida cotidiana locales.